
El 18 de julio, el Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener sin cambios sus tasas de interés clave en medio de las recientes fluctuaciones del mercado impulsadas por incertidumbres políticas y datos de inflación estadounidense más débiles de lo esperado.
Desde la última reunión de política monetaria del BCE, el panorama financiero ha estado marcado por una volatilidad significativa.
Esta turbulencia fue provocada inicialmente por el anuncio de elecciones anticipadas en Francia, que aumentaron brevemente la volatilidad del mercado pero no provocaron estrés sistémico.
A pesar de ello, el tipo de cambio del euro se recuperó rápidamente y las condiciones generales del mercado se estabilizaron, con solo aumentos menores en las primas de riesgo.
El sentimiento de los inversores se vio sacudido temporalmente por la incertidumbre política, lo que provocó un breve aumento en la volatilidad del mercado de valores de la zona del euro.
Sin embargo, esta volatilidad ha disminuido y la volatilidad implícita en los mercados de bonos de la zona del euro se ha mantenido baja, lo que indica una fuerte confianza de los inversores.
Si bien los diferenciales de los bonos soberanos experimentaron un ligero repunte, desde entonces se han reducido, excluyendo los bonos franceses, que siguen bajo presión.
Tanto los mercados de acciones como los de bonos corporativos de la zona del euro mostraron solo impactos menores y transitorios en las valoraciones.
El impacto de los datos económicos de EE.UU. y las tendencias de inflación
Los datos económicos de EE.UU. y las expectativas de la Reserva Federal han jugado un papel crucial en la configuración de las proyecciones de tasas del BCE.
A pesar de las persistentes incertidumbres políticas, las expectativas de recortes de tasas del BCE se han mantenido relativamente estables, con pequeños ajustes que reflejan datos más débiles del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos.
En la zona del euro, la inflación básica sigue superando las expectativas, lo que influye en las proyecciones de tipos.
Los tipos de interés reales han mostrado variabilidad: los tipos a diez años se han mantenido estables y los tipos a corto plazo han disminuido. La absorción de bonos gubernamentales, incluidos los bonos franceses, ha sido fluida, respaldada por una sólida demanda de los inversores.
En junio de 2024, la inflación general del índice de precios al consumo armonizado (IPCA) de la zona del euro disminuyó ligeramente hasta el 2,5%, frente al 2,6% de mayo. La inflación de la energía se redujo hasta el 0,2%, mientras que la inflación de los alimentos se redujo hasta el 2,4%.
La inflación de precios de bienes y servicios se mantuvo estable en 0,7% y 4,1%, respectivamente.
La inflación subyacente mostró tendencias mixtas: la mayoría de los indicadores se mantuvieron estables o en descenso.
El crecimiento salarial aumentó al 5,0% en el primer trimestre de 2024 debido a los salarios negociados y los efectos de recuperación, aunque se anticipa una desaceleración en el crecimiento salarial futuro para 2025.
Se espera que las presiones sobre los precios internos se moderen y que el crecimiento del deflactor del PIB disminuya al 3,6% en el primer trimestre de 2024, impulsado por la caída de las ganancias unitarias.
Se proyecta que la inflación general se mantendrá cerca de los niveles actuales durante el resto de 2024 antes de disminuir al objetivo del 2% del BCE a fines de 2025, influenciada por los efectos de la inflación pasada y un crecimiento más débil de los costos laborales.
Tendencias económicas mundiales y de la zona del euro
A nivel mundial, el crecimiento económico está en aumento: el FMI pronostica un crecimiento del PIB real del 3,2% en 2024. En la zona del euro, la expansión económica continúa, impulsada principalmente por el sector de servicios, aunque el sector manufacturero muestra signos de debilidad.
El crecimiento del empleo sigue siendo positivo, pero se está desacelerando y la tasa de desempleo se mantiene estable en el 6,4%.
El apoyo fiscal en la zona del euro sigue siendo fuerte y, si bien las condiciones financieras son algo volátiles, las condiciones de oferta de crédito se están estabilizando, con una flexibilización de los estándares para las hipotecas y un ajuste moderado del crédito al consumo.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, destacó que los datos recientes respaldan una relajación gradual de las perspectivas de inflación a medio plazo.
A pesar de las persistentes presiones sobre los precios internos y la elevada inflación de los servicios, el debilitamiento de los datos económicos ha contenido los riesgos inflacionarios.
El elevado crecimiento de los salarios y la caída de las ganancias de las empresas también han moderado los efectos inflacionarios. En consecuencia, Lane recomendó mantener sin cambios los tipos de interés clave del BCE.
De cara al futuro, la reunión del Consejo de Gobierno de septiembre revisará nuevos datos, incluidos el crecimiento del PIB del segundo trimestre, la compensación, los márgenes de ganancia, la productividad y publicaciones adicionales del IPCA.
La reunión también considerará proyecciones macroeconómicas actualizadas e indicadores de actividad económica y confianza del consumidor.
La decisión del Consejo de Gobierno subraya la necesidad de adoptar un enfoque cauteloso en medio de las persistentes incertidumbres respecto de los salarios, la productividad y la dinámica de la inflación.
Una estrategia basada en datos guiará las futuras decisiones políticas, y la reunión de septiembre será un momento crítico para reevaluar las políticas basándose en datos adicionales.
La flexibilidad en la gestión del programa de compras de emergencia ante la pandemia continuará como parte de la estrategia más amplia del BCE.
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