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La economía y el legado de albergar los Juegos Olímpicos: ¿Están justificados los costos?

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Los Juegos Olímpicos han evolucionado espectacularmente desde que se celebraron los primeros juegos modernos en 1896. En la segunda mitad del siglo XX, los costos de celebración y los ingresos generados por el espectáculo crecieron rápidamente, lo que generó controversia sobre las cargas que soportan los países anfitriones.

Muchos economistas sostienen que los beneficios de albergar los juegos son exagerados y a menudo inexistentes, lo que deja a los países anfitriones con grandes deudas y obligaciones de mantenimiento.

Estos analistas sugieren reformar el proceso de licitación y selección para incentivar una planificación presupuestaria realista, aumentar la transparencia y promover inversiones sostenibles que sirvan al interés público.

Mientras tanto, el Comité Olímpico Internacional (COI) y sus partidarios sostienen que ser sede puede elevar el perfil global de una ciudad y generar beneficios económicos a través del turismo y las inversiones en infraestructura.

París enfrenta problemas de seguridad y excesos presupuestarios

Como sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024, París enfrenta numerosos desafíos, haciéndose eco de las preocupaciones de los recientes anfitriones olímpicos.

El período previo a los Juegos Olímpicos de París se ha visto empañado por problemas de seguridad.

En vísperas de los Juegos, la red de trenes de alta velocidad de Francia fue objeto de actos de vandalismo, interrumpiendo los viajes justo cuando miles de personas convergían en París para la ceremonia de apertura.

El primer ministro francés, Gabriel Attal, denunció actos coordinados de sabotaje que tuvieron graves consecuencias para la red ferroviaria.

Si bien no se reportaron víctimas, estos ataques, combinados con amenazas anteriores de grupos extremistas como ISIS, han aumentado las preocupaciones de seguridad y han presionado a las autoridades locales para garantizar la seguridad de las sedes olímpicas.

Además, París lidia con un presupuesto multimillonario, similar al de otros anfitriones recientes como Tokio y Río de Janeiro.

Un legado de sedes olímpicas abandonadas

A pesar de las promesas de desarrollo de infraestructura, muchas antiguas ciudades olímpicas están plagadas de sedes abandonadas y en ruinas.

Sarajevo, Atenas, Beijing y Río son claros recordatorios de una mala planificación a largo plazo y una mala gestión financiera, con estadios desiertos que simbolizan el abandono.

Estos sitios abandonados reflejan un problema más amplio con el legado olímpico, enfatizando la necesidad de una planificación y un uso de las instalaciones sostenibles más allá de los Juegos.

Durante gran parte del siglo XX, albergar los Juegos Olímpicos fue una carga manejable para las ciudades anfitrionas.

Sin embargo, la década de 1970 marcó un punto de inflexión. Los juegos estaban creciendo rápidamente: el número de participantes en los Juegos Olímpicos de verano casi se duplicó y el número de eventos aumentó en un tercio durante la década de 1960.

Este rápido crecimiento, combinado con los trágicos acontecimientos de los Juegos de la Ciudad de México de 1968 y los Juegos de Munich de 1972, aumentaron el escepticismo público sobre endeudarse para albergar los juegos.

Denver se convirtió en la primera ciudad anfitriona elegida para rechazar la oportunidad en 1972, después de que los votantes aprobaran un referéndum rechazando el gasto público adicional.

Los Juegos Olímpicos de Verano de 1976 en Montreal simbolizaron los riesgos fiscales de ser anfitriones. El costo proyectado de 124 millones de dólares se disparó a miles de millones, en gran parte debido a retrasos en la construcción y sobrecostos, cargando a los contribuyentes de la ciudad con una deuda de 1.500 millones de dólares que tardó casi tres décadas en saldarse.

Los Ángeles: una historia de éxito única

Los Ángeles fue la única ciudad que presentó su candidatura para los Juegos Olímpicos de Verano de 1984, lo que le permitió negociar condiciones excepcionalmente favorables con el COI.

La ciudad dependió casi por completo de los estadios y la infraestructura existentes y se benefició de un fuerte aumento en los ingresos por transmisiones televisivas, lo que finalmente generó un superávit operativo de 215 millones de dólares.

Sin embargo, el éxito de Los Ángeles es una excepción y no la regla.

Países como China, Brasil y Rusia han invertido sumas masivas para crear la infraestructura necesaria, con costos que se dispararon a más de 50 mil millones de dólares para los Juegos de Invierno de 2014 en Sochi, 20 mil millones de dólares para los Juegos de Verano de 2016 en Río de Janeiro y 39 mil millones de dólares para los Juegos de Invierno de 2022 en Beijing.

Estos altos costos han llevado a algunas ciudades a retirar sus candidaturas para los próximos juegos.

A medida que comienzan los Juegos Olímpicos de Verano de 2024 en París, el evento se ve ensombrecido por preocupaciones de seguridad apremiantes y sobrecostos presupuestarios significativos. París, con un asombroso presupuesto de 8.700 millones de dólares, se suma a una lista de ciudades que han enfrentado dificultades financieras mientras albergaban los Juegos.

Los datos históricos de Statista revelan que los presupuestos olímpicos frecuentemente superan las expectativas: Barcelona en 1992 superó el presupuesto en un 266%, Río de Janeiro en 2016 superó su presupuesto en un 352% y ejemplos anteriores de Sochi y Lillehammer demostraron graves excesos financieros.

Estas cargas financieras a menudo plantean desafíos a largo plazo para las ciudades anfitrionas y afectan a sus comunidades y economías.

El futuro de la organización olímpica

El COI ha adoptado medidas para que las licitaciones sean menos costosas, como extender el período de licitación y permitir que varias ciudades, estados o países sean coanfitriones. Sin embargo, esto no ha resultado en más postores. En 2021, Brisbane, Australia, se convirtió en la primera ciudad en ganar una candidatura olímpica sin oposición desde que lo hizo Los Ángeles en 1984.

Las ciudades incurren en costos sustanciales al evaluar, preparar y presentar ofertas al COI, que a menudo oscilan entre 50 y 100 millones de dólares.

Una vez elegidas, las ciudades tienen alrededor de una década para prepararse, lo que requiere la creación o mejora de instalaciones deportivas, viviendas e infraestructura de transporte. Estos costos oscilan entre 5 mil millones de dólares y más de 50 mil millones de dólares.

Los economistas sostienen que también se deben considerar los llamados costos implícitos del alojamiento, incluidos los costos de oportunidad del gasto público que podrían haberse utilizado para otras prioridades.

La deuda y los costos de mantenimiento del hospedaje pueden representar una carga para los presupuestos públicos durante décadas, como se vio en Montreal y Sochi. Sin embargo, algunos residentes argumentan que los juegos estimularon gastos en carreteras, sistemas de agua y otros bienes públicos que de otro modo no habrían ocurrido.

Aprendiendo de los errores del pasado: direcciones futuras para las ciudades sede de los Juegos Olímpicos

Muchos economistas creen que el proceso de licitación del COI fomenta el despilfarro. La corrupción también ha plagado el proceso de selección.

Algunos sugieren que los juegos deberían celebrarse permanentemente en una ciudad o adjudicarse sólo a países ricos que estén en mejores condiciones de absorber los costos.

En última instancia, cualquier ciudad que planee albergar los Juegos Olímpicos debe garantizar que los juegos encajen en una estrategia más amplia para el desarrollo sostenible.

Sin esa planificación, es probable que el impacto económico de albergar los Juegos Olímpicos siga siendo un tema polémico.

La planificación financiera eficaz y el uso sostenible de las instalaciones son fundamentales para que los futuros anfitriones olímpicos eviten los obstáculos experimentados por las ciudades del pasado.

Comprender las implicaciones financieras a largo plazo y garantizar que las sedes olímpicas sigan sirviendo a la comunidad puede ayudar a formar legados olímpicos más exitosos y responsables.

Los Juegos Olímpicos: Celebrando la excelencia atlética y la unidad global

Los Juegos Olímpicos de verano, que se originaron en la antigua Grecia y fueron revividos por Pierre de Coubertin en 1896, representan la cúspide de las competiciones deportivas internacionales.

A lo largo de los años, los Juegos han crecido en escala e importancia, y Estados Unidos lidera en medallas de oro y en total de medallas ganadas.

El panorama olímpico ha evolucionado: la Unión Soviética y los países del Bloque del Este surgieron como fuertes contendientes en las décadas de 1960 y 1990, y China se convirtió en una fuerza importante desde 2000.

En particular, los atletas de países subdesarrollados como Jamaica y Kenia se han destacado en eventos individuales, mostrando sus talentos en carreras de velocidad y de distancia.

La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos ha aumentado constantemente, logrando casi la igualdad de género en los Juegos de Tokio.

Este año marca la primera vez en 124 años que se logra la paridad de género, con al menos el 50% de los atletas que compiten siendo mujeres.

Este progreso pone de relieve el compromiso del movimiento olímpico con la inclusión y el crecimiento.

A medida que se desarrollan los Juegos de París, la atención sigue centrada en abordar los desafíos de la seguridad, la gestión financiera y la planificación del legado, mientras se celebra el espíritu olímpico de excelencia atlética y unidad global.

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