
Durante años, la economía española fue considerada una de las más débiles de Europa.
Después de la crisis financiera de 2008, luchó contra el alto desempleo, el estancamiento y la dependencia del turismo.
Pero algo ha cambiado ahora.
Hoy en día, España está creciendo más rápido que casi todas las principales economías de Occidente, superando a Alemania, Francia e incluso a Estados Unidos.
Esta transformación no se produjo de la noche a la mañana. El aumento de los salarios, el fuerte gasto de los consumidores, el turismo récord y el liderazgo en energías renovables han convertido a España en la mayor historia de éxito económico de Europa.
Quizás no pase mucho tiempo antes de que más economistas comiencen a considerar a España como la nueva “Reina de Europa”.
¿Qué está impulsando el auge económico de España?
La economía española no solo está creciendo, sino que está prosperando. En 2024, se expandió a más del doble de la media de la zona euro, convirtiéndose en la economía importante de más rápido crecimiento en Europa, con un crecimiento del PIB del 3,2%, en comparación con el promedio de la zona euro de solo el 0,5%.
Mientras otros países luchaban contra el estancamiento, el crecimiento de España fue impulsado por tres factores clave: empleo, turismo y exportaciones.
El principal motor ha sido la creación de empleo.
El año pasado se crearon más de 500.000 nuevos puestos de trabajo, lo que llevó el desempleo a su nivel más bajo en 16 años.
Los salarios están aumentando más rápido que la inflación, lo que da a los hogares españoles más poder adquisitivo.
Un ejemplo es que la tasa de ahorro de los hogares españoles ha aumentado al 14% a partir del tercer trimestre de 2024, la más alta que ha sido en la historia, excluyendo la anomalía postpandemia.

A diferencia de Alemania o Francia, donde la débil demanda está frenando el crecimiento, los consumidores españoles están manteniendo la economía en movimiento.
El turismo también ha jugado un papel considerable. En 2023, España recibió 94 millones de visitantes, rompiendo récords e impulsando todo, desde la hostelería hasta el transporte.
This surge in tourism has helped offset slowdowns in other parts of the economy and made Spain one of the few European countries where services are booming.
Mientras tanto, las exportaciones se mantienen sólidas a pesar del débil crecimiento en el resto de Europa.
España ha podido aumentar las ventas tanto de servicios como de productos agrícolas, manteniendo su economía resiliente incluso cuando socios comerciales clave como Alemania luchan.
¿Cómo España mantiene la inflación más baja que sus vecinos?
A diferencia de muchas economías de rápido crecimiento, España ha logrado mantener la inflación bajo control, y una de las principales razones de esto es la energía barata.
Over the past decade, Spain has invested heavily in renewable energy, making it less dependent on expensive fossil fuels.
Más del 50% de la electricidad de España proviene ahora de fuentes eólicas y solares, la proporción más alta de Europa.
Esta atención a las energías renovables ha ayudado a mantener los precios de la energía en España mucho más bajos que en Alemania, Francia y el Reino Unido, lo que ha dado a las empresas una ventaja competitiva y ha protegido a los consumidores de los altos costos de los servicios públicos.
Al mismo tiempo, España cuenta con la mayor capacidad de procesamiento de gas natural licuado (GNL) de Europa, lo que le permite asegurar suministros de gas más baratos que países como Alemania, que se han visto obligados a construir nuevos terminales de GNL desde cero.
Esta ventaja energética ha tenido efectos en toda la economía.
La fabricación en España está creciendo, mientras que en Alemania e Italia, los altos costos de la energía han empujado a las fábricas a la recesión.
La inflación más baja también ha apoyado un mayor gasto del consumidor, manteniendo la demanda alta sin llevar los precios fuera de control.
¿Cuáles son los riesgos más importantes que se avecinan?
A pesar de todas sus fortalezas, el impresionante crecimiento de España no está exento de desafíos.
El mayor problema es la vivienda.
Los alquileres se han disparado, aumentando un 80% en la última década, lo que hace que sea difícil para muchas personas, y especialmente para los jóvenes trabajadores, poder vivir en las principales ciudades.
El inquilino español medio destina ahora el 40% de sus ingresos a la vivienda, frente al 27% del resto de la zona euro.
El gobierno ha introducido límites a los alquileres y planes para nuevas viviendas sociales, pero estas políticas han hecho poco para detener el aumento de los precios hasta ahora.
Otro desafío a largo plazo es la productividad.
Si bien España ha creado empleos a un ritmo impresionante, muchos de ellos se encuentran en sectores de bajos salarios y baja productividad, como el turismo y los servicios.
Sin inversión en industrias de alto valor, el crecimiento salarial podría ralentizarse con el tiempo y España podría tener dificultades para ponerse al día con economías más ricas como Alemania y Francia.
España también está expuesta a riesgos externos.
Si bien ha logrado crecer sin verse afectada por la debilidad de Alemania, Francia e Italia, una recesión más profunda en Europa podría eventualmente pesar sobre las exportaciones españolas.
Si la demanda de sus principales socios comerciales disminuye aún más, el crecimiento de España podría ralentizarse en 2025.
¿Podrá España mantener su liderazgo en los próximos años?
El Gobierno español prevé que el crecimiento se mantenga fuerte en 2025, con previsiones que apuntan a una expansión de más del 3%, lo que sigue estando muy por delante de sus vecinos europeos.
Lo más importante es que las perspectivas a largo plazo de España han mejorado significativamente.
Hace apenas unos años, los economistas esperaban que se quedara rezagada con respecto al norte de Europa durante la próxima década.
Gracias a una sólida demografía, la creación de empleo y la estabilidad financiera, se prevé que España crezca ahora en línea con el promedio de la zona euro, en lugar de quedarse rezagada.
Los inversores también se sienten optimistas sobre la economía española.
El índice IBEX 35 se ha duplicado desde su mínimo de 2020 y muchas empresas españolas disfrutan ahora de un sólido crecimiento, especialmente en los sectores financiero y de bienes de consumo.
Ahora bien, la clave para mantener este impulso será la continua inversión en industrias de alto valor, en particular energía limpia y fabricación avanzada.
España ya se ha posicionado como líder europeo en hidrógeno verde, con el 20% de todos los proyectos de hidrógeno de la UE.
También está desarrollando clústeres industriales que integran tecnologías de energía renovable, hidrógeno y captura de carbono, creando un plan para el futuro de la industria europea.
Si España continúa por este camino, podría convertirse en la potencia de las tecnologías limpias de Europa, atrayendo inversiones y creando empleos mejor remunerados.
La conclusión
España ha desafiado las expectativas, transformándose de una de las economías más débiles de Europa a una de las que más ha crecido.
La combinación de creación de empleo, fuerte demanda de los consumidores, bajos costos de energía y un sector turístico próspero ha impulsado su rápido crecimiento, incluso cuando otras economías europeas se estancan.
Si bien la asequibilidad de la vivienda, el bajo crecimiento de la productividad y los riesgos externos podrían ralentizar el progreso, las mejoras estructurales de España en materia de mano de obra, energía e inversión la han puesto en una posición más sólida que en cualquier momento de las últimas dos décadas.
Si el país puede abordar su crisis de vivienda y seguir liderando en energía limpia e innovación industrial, no solo puede ser la economía de más rápido crecimiento en Europa hoy en día, sino también una de las más fuertes en los próximos años.
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