Coca-Cola podría cambiar una mayor parte de su envasado de aluminio a botellas de plástico si entran en vigor los últimos aumentos de aranceles del presidente Donald Trump, dijo el martes el director ejecutivo James Quincey.
Durante la conferencia telefónica sobre los resultados de la compañía, Quincey explicó que Coca-Cola tiene estrategias de empaquetado alternativas para gestionar la asequibilidad y la demanda de los consumidores.
“Si las latas de aluminio se vuelven más caras, podemos poner más énfasis en las botellas de PET [plástico]”, dijo, según informó CNBC.
Arancel del 25% a partir del próximo mes
Los comentarios se producen después de que Trump anunciara un fuerte aumento de los aranceles a todas las importaciones de aluminio y acero, elevando los aranceles del 10% al 25% a partir del próximo mes.
Si bien la medida se considera en gran medida dirigida a China, Estados Unidos obtiene relativamente poco acero directamente de ese país.
A pesar de las posibles presiones de costos, Quincey minimizó el impacto general en el negocio de Coca-Cola.
“No es insignificante, pero no va a cambiar radicalmente un negocio estadounidense multimillonario, y el empaquetado es sólo un pequeño componente de la estructura de costos total”, dijo.
Coca-Cola podría mitigar los efectos de los aranceles obteniendo más aluminio a nivel nacional o trasladando algunos costos a los clientes, señaló Quincey.
Sin embargo, el cambio a más envases de plástico puede atraer escrutinio, ya que la compañía ha enfrentado críticas por su impacto ambiental.
Greenpeace ha nombrado a Coca-Cola el peor contaminador de plástico del mundo durante seis años consecutivos.
Si bien el aluminio es más caro, también es altamente reciclable, con una tasa de reciclaje del 50,4% para latas de bebidas en 2018, en comparación con solo el 29,1% para botellas de PET, según la Agencia de Protección Ambiental.
A pesar de haber aumentado sus opciones de envases de aluminio en los últimos años, Coca-Cola redujo recientemente sus objetivos de sostenibilidad y ahora apunta a un contenido reciclado del 35% al 40% en los envases para 2035, por debajo de su objetivo anterior del 50% para 2030.
A medida que se avecinan los cambios arancelarios, Coca-Cola se enfrenta a decisiones difíciles sobre cómo equilibrar los costos, la sostenibilidad y la demanda de los consumidores en un panorama económico en evolución.
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