
Donald Trump ha redefinido al Partido Republicano, adoptando una plataforma populista centrada en la clase trabajadora y manteniendo el escepticismo hacia el poder corporativo.
Sin embargo, los nombramientos de su gabinete para el segundo mandato parecen desafiar esa narrativa, ya que el presidente electo se rodea de un grupo de ejecutivos y empresarios ricos.
Estos nombramientos, que incluyen a multimillonarios y veteranos de Wall Street con complejos vínculos financieros, han suscitado preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses que abarcan múltiples industrias, desde la defensa y la atención médica hasta las criptomonedas, según un informe de Politico.
Riqueza e influencia: las destacadas elecciones de Trump
Entre las figuras más notables que se unen a la nueva administración de Trump se encuentran Howard Lutnick, director ejecutivo de Cantor Fitzgerald, como secretario de Comercio; Warren Stephens, director ejecutivo de una firma de servicios financieros de Arkansas, como embajador en el Reino Unido; y Jared Isaacman, un empresario multimillonario y presunto administrador de la NASA.
También en la lista está Steve Feinberg, un titán de capital privado, como subsecretario de Defensa.
Delaney Marsco, directora de ética del Campaign Legal Center, destacó los riesgos asociados con estas elecciones en el informe:
Esto abre la puerta a que haya muchos más conflictos de intereses posibles porque su riqueza personal es tan vasta.
Estos nombramientos son emblemáticos de la singular combinación de populismo y deferencia hacia las élites económicas que caracteriza a Trump.
A pesar de sus críticas al poder corporativo, Trump ha recurrido constantemente a líderes empresariales para ocupar puestos clave, argumentando que su experiencia puede ayudar a impulsar la agenda de su administración.
Sin duda, se espera que Trump promueva políticas que abarquen el comercio, el trabajo y la lucha contra el monopolio y que reflejen la plataforma populista de su campaña.
En particular, algunas decisiones, como la de Lori Chavez-DeRemer, la presunta candidata a secretaria de Trabajo y una figura vista como favorable a los sindicatos, indican una desviación de las prioridades republicanas tradicionales anteriores a Trump.
Desafíos y críticas éticas
Los posibles conflictos de intereses en la administración Trump se han convertido en un objetivo temprano para los demócratas y los organismos de control ético.
El Dr. Mehmet Oz, elegido por el presidente para dirigir Medicare y Medicaid, enfrenta un intenso escrutinio por sus vínculos financieros con aseguradoras privadas de salud y su anterior defensa de la privatización de Medicare.
En una carta a Oz el martes, los legisladores demócratas exigieron garantías de que se desharía de sus participaciones en la industria de seguros si era confirmado.
Mientras tanto, el elegido por Trump para el cargo de secretario del Tesoro, el ejecutivo del fondo de cobertura Scott Bessent, ha recibido críticas de la senadora Elizabeth Warren (demócrata por Massachusetts) por su historial financiero, que, según ella, se alinea más con enriquecer a los ricos que con ayudar a las familias trabajadoras.
Howard Lutnick, designado secretario de Comercio, se ha comprometido a renunciar a sus empresas y deshacerse de sus participaciones una vez que sea confirmado por el Senado.
A través de su firma Cantor Fitzgerald, mantiene estrechos vínculos con Tether, una controvertida empresa extranjera de criptomonedas.
Esta conexión podría atraer el escrutinio, particularmente a la luz del compromiso de Trump de reformar las regulaciones de las criptomonedas durante su segundo mandato.
El papel poco convencional de Elon Musk
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, presenta un caso particularmente inusual en la administración Trump.
Nombrado para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el puesto de Musk existe fuera de la supervisión federal, lo que lo exime de las leyes estándar de conflicto de intereses.
Los críticos argumentan que la proximidad de Musk con Trump podría permitirle influir en las políticas y regulaciones que benefician a su imperio empresarial, que incluye Tesla, SpaceX y Starlink.
Al utilizar su riqueza para servir como ejecutor del presidente, Musk podría ser capaz de dar forma a las políticas sin que se le controle en gran medida.
Equilibrar el populismo con la influencia de las élites
A pesar de estas preocupaciones, los problemas de conflicto de intereses no han dominado el discurso político, lo que refleja un cambio en las expectativas públicas bajo el liderazgo de Trump.
El senador Mike Rounds (RS.D.) defendió los nombramientos y afirmó:
Los padres fundadores querían que la gente de las comunidades empresariales participara en este proceso, y eso es saludable.
Sin embargo, la posibilidad de enfrentamientos se cierne mientras algunos moderados del Partido Republicano sopesan los riesgos de respaldar a los candidatos antes de sus propias candidaturas a la reelección en 2026.
Las selecciones del gabinete de Trump subrayan el acto de equilibrio entre su mensaje populista y las realidades del gobierno.
Morgan Ackley, portavoz del equipo de transición de Trump, defendió las designaciones como necesarias para lograr los ambiciosos objetivos de la administración.
“Estos hombres y mujeres altamente calificados tienen el talento, la experiencia y las habilidades necesarias para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, dijo Ackley.
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